ANÁLISIS LITERARIO

Antón Chéjov
Chéjov da múltiples ejemplos del FRACASO, dentro de su visión realista:
  • En el Huerto de los Cerezos, Charlotta, la institutriz, señala: “Siempre sola, siempre sola, no tengo a nadie y no sé quién soy ni por qué vivo”. Pág 108.
  • Y Epijódov, el empleado.- Yo soy un hombre instruido, leo libros magníficos sobre diversos temas, pero no llego a comprender  qué dirección he de tomar ni lo que en verdad quiero,si vivir o pegarme un tiro, a decir verdad; no obstante, siempre llevo conmigo un revólver. Aquí está...”. Pág 53.
  • Chéjov mezcla de una manera perfecta los elementos cómicos y trágicos: tardan en partir (aunque afirman insistentemente que están partiendo), siempre algo insignificante, absurdo los retarda; es un carrusel de equívocos y torpezas que se dilata hasta la ominosa escena final: 
    Trofímov: Bueno, señores, ¡Es hora de ir saliendo!
    Lopajin: ¡Epijódov, mi abrigo!
    Lyuba: Me quedaré sentada un minuto más. Como si nunca
    hubiera visto antes cómo son las paredes de esta casa, cómo son
    los techos, los miro ahora con avidez, con un amor tiernísimo.
    Gáiev: Me acuerdo que cuando tenía seis años, el día de Pentecostés,
    estaba yo sentado en esta misma ventana y miraba a mi
    padre que se iba a la iglesia…
    Lyuba: ¿Han recogido todas las cosas?
    Lopajin: Parece que todo. (A Epijódov, mientras se pone el abrigo.)
    Epijódov: cuida bien que todo esté en orden.
    Epijódov: (Con voz ronca.) ¡Quédese tranquilo, Yermolái
    Alexéivich!
    Lopajin: ¿Por qué tienes esa voz?
    Epijódov: Tomé agua y me tragué algo…
    Iasha: (Con desprecio.) ¡Qué ignorancia!                                                                                     Lyuba: Nos iremos y aquí no quedará ni un alma…
    Lopajin: Hasta la primavera.
    Varia: (Saca bruscamente de un paquete un paraguas y parece
    que quisiera pegarle a alguien; Lopajin finge haberse asustado.)
    Pero ¡No, no… ni siquiera pensaba!
    Trofímov: Señores, vamos a los coches… ¡Ya es hora! ¡El tren
    está por llegar!
    Varia: Petia, aquí están sus chanclos, al lado de la valija. (Con
    lágrimas.) Pero, ¡Qué sucios que están, qué viejos!
    Gáiev: (Muy turbado, teme ponerse a llorar.) El tren…, la estación…
    Cruzada en el centro. La blanca en el rincón y carambola
    doble.
    Lyuba: ¡Vamos!
    Lopajin: ¿Están todos? ¿No queda nadie ahí? (Cierra la puerta
    lateral izquierda.) Aquí es donde quedan guardadas todas las cosas
    que hay que cerrar. ¡Vamos!
    Annia: ¡Adiós, casa! ¡Adiós vieja vida!
    Trofímov: ¡Buenos días, vida nueva! (Sale con Annia.)
    Varia echa una mirada por toda la habitación y sale sin apresurarse.
    Salen también Iasha y el perrito. Pág 114,115,116.

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